....basta que mires a tu alrededor".
Las fuerzas que se proyectan a través de cada individuo crean la realidad o universo holográfico que experimentamos. Éste es el proceso descrito por el horóscopo. Por eso, cualquier cosa o situación que haya en tu mundo no está en él accidentalmente. No hay casualidades ni coincidencias. Tus energías son completamente responsables de todo lo que ocurre a tu alrededor. Si no fuera así, sería imposible leer un horóscopo. Cuando ves a dos personas discutir, aunque creas que ese incidente no tiene nada que ver contigo, una mirada a tu horóscopo revelará que en tu pauta personal se ha activado una vibración del planeta Marte. Es una especie de aviso para que trabajes un problema en ciernes antes de que se agrave. Muchos piensan que responsabilizarse de todo su entorno implica ser culpables de la realidad que les rodea, pero no es así. Somos verdaderamente responsables del sueño externo, pero no podemos culparnos por él en mayor medida que por el sueño interno. Nuestro desarrollo está determinado por la velocidad con la que podemos integrar los cambios que sufrimos, sean físicos o psicológicos. Sólo si aceptamos la responsabilidad de lo que está sucediendo en el mundo podemos hacer algo para cambiarlo en nosotros. No tienes por qué ser una víctima. Si te separas de algo que forma parte de tu experiencia de la realidad pensando que no tiene nada que ver contigo, no podrás hacer nada por mejorarlo. Si ocurre un suceso negativo, pide a tu guía que te lleve ante la parte de ti que lo está causando o que está conectada con él. Acepta como correcta cualquier figura que tu guía te presente. Puede que no sea uno de los arquetipos del Tarot. También puede estar compuesta por las energías de varios arquetipos diferentes: una parte de La Torre y aparecer como una figura que no hayas visto anteriormente. Averigua qué necesita esa figura de ti para sanar la situación negativa en el mundo externo. Asimismo, pregúntale qué podría estar tratando de comunicarte que resulta inaceptable para tu ego. El ego se arroga el mérito de todo lo que ocurre. Asumir el mérito o culparse por las situaciones del mundo externo es igualmente arrogante, porque generalmente no sabemos lo que hacemos y nos dedicamos a racionalizar después de sucedidos los hechos. (Edwin Steinbrecher)
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