Llave

Su importancia figurada radica en que sirve tanto para abrir como para cerrar. Por extensión, también capacidad de atar y desatar. En Japón, como abre los graneros de arroz (y los tesoros espirituales escondidos), es sinónimo de felicidad. En el arte cristiano, el manojo de llaves señala el poder otorgado a San Pedro como "portero del cielo". En cambio en cenificaciones del fin del mundo, se usa una gran llave para encerrar al diablo en el final de los tiempos, según el apocalipsis de Juan. En la Edad Media, la entrega de llaves de una ciudad, se tomaba por un acto legal que concedía poderes absolutos. Otras veces, expresaba la capitulación de una ciudad sitiada; hoy se la entregan a ciudadanos ilustres. En el lenguaje esotérico puede significar "estar iniciado". Llave o clave es también la palabra que designa el procedimiento de descifrar una escritura secreta o su interpretación. En el derecho civil, el manojo de llaves en el cinturón de la mujer implicaba dignidad y el acceso a todos los armarios de su casa. las llaves en los escudos hacen referencia a la entrega de autoridad y poder del soberano, en los de armas confianza y fidelidad al superior. En cuentos y leyendas, indica el acceso difícil a secretos y, en ocasiones, como símbolo erótico. (Diccionario de Símbolos)