UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

marzo 30, 2010

La Luna...misterio en cuanto aparece

Cuando la noche se instala, la visión cede su predominio. En las sombras del mundo sólo se intuye. Podemos olerlo, oírlo, degustarlo y hasta tocarlo, pero no lo vemos con claridad. Lo que nos rodea se desenvuelve entre tinieblas y el temor crece. Caminamos a tientas, acechados por peligros ciertos e imaginarios. De pronto, en medio de la incertidumbre, la Luna aparece blanca y magnética. Fría y mortecina preside el reino de la oscuridad y nos permite entreverlo. Sin embargo, su luz trastoca las imágenes y nos presenta una realidad distinta e inquietante, donde los colores no son los mismos, ni nada se refleja de igual modo.
En el instante en que la Luna aparece en el cielo se abre una dimensión nueva del espíritu. Ligera y cambiante, nos señala que también existe un camino diferente para el conocimiento.
La Luna es el único satélite de la Tierra y también el cuerpo celeste más cercano. A pesar de ser mucho más pequeña que el Sol, a causa de su proximidad la vemos del mismo tamaño. El Sol se identifica con las virtudes del día: la luz, el calor, lo seco, lo visible, la lógica, la fuerza, el trabajo, el pensamiento, la actividad, la practicidad, lo consistente.
la Luna se identifica con la noche: la oscuridad, el frío, la humedad, lo invisible, la intuición, la debilidad, el ensueño, la imaginación, la emotividad, el sentimiento, la pasividad, el inconsciente.
Desde nuestra cultura occidental, nos cuesta percibir que ambos forman parte de una unidad, que no es una división entre valores/disvalores, sino una visión complementaria.
Nuestra sociedad indudablemente solar, niega todo aquello que no se presenta con diafanidad, como si lo que no se viera careciera de existencia. "Ver para creer" parece ser el lema que nos representa mejor.
Presos del racionalismo hemos descartado los símbolos, los mitos y toda clase de explicación de lo real que no puede medirse y alcanzar categoría de ciencia. Sin embargo, había otra realidad que no puede indagarse sino a través de la intuición, que no se puede conocer sino sólo presentir. Desconocerla, no hace que desaparezca ni que deje de ejercer su influencia. Simplemente arremete sobre nosotros y nos encuentra desarmados.
(Las doce lunas)

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