El rey pagano del Acebo domina desde el solsticio de verano hasta el solsticio de invierno, por ese motivo el uso del acebo es tan popular en Navidad. Para muchas personas, el acebo se asociaba al chochín, un pájaro diminuto y redondo, de color pardo, y la ceremonia de invierno de "cazar al chochín" data de la antigua Grecia y Roma, donde se vinculaba al acebo y a la hiedra. En diferentes lugares existen tradiciones en las que se usa el acebo: en Irlanda, por ejemplo, todavía hay grupos de músicos, cantantes y bailarines, conocidos como "los chicos del chochín", que van de casa en casa en County Clare, luciendo sombreros de paja en forma cónica y llevando la estatua de un chochín sobre una rama de acebo.
Antiguamente, a esta planta, se la veía como una planta masculina, posiblemente a sus hojas espinosas; por otra parte, la hiedra se consideraba una planta femenina. Así pues, si se entrelazaban ambas para hacer guirnaldas, para simbolizar la unión de ambos principios, así como también a expectativa de una renovación, de la fertilidad y del renacimiento. En algunas poblaciones rurales todavía es común el uso del acebo para el tratamiento de los parásitos.
El uso del acebo, la hiedra y el muérdago en Navidad, data de hace mucho tiempo. Para los romanos, el acebo era el símbolo de la buena voluntad y de la amistad al igual que el laurel. Durante el período de Saturnalia, que se corresponde con la Navidad cristiana, los romanos enviaban ramas de acebo a todos sus amigos como señal de buena voluntad y benevolencia y ponían coronas de laurel en la puerta de sus casas como saludo amistoso a la gente que pasase por allí. Se pensaba que el acebo podía proteger el hogar; por ello tradicionalmente se colgaba un ramillete de acebo sobre el umbral de la puerta al finalizar el año y también se plantaba el arbusto cerca de la casa para protegerla de las tormentas. En algunas zonas rurales se creía que si se ponía un ramillete de acebo cerca de un establo en la noche de navidad, esto protegería a los animales. Mucha gente tomaba un poco de acebo de las decoraciones navideñas que se ponían en las iglesias para que los protegiera de todo daño en el año siguiente. En el norte de Europa se pensaba que los espíritus de la madera se cobijaban en el acebo que colgaba bajo los umbrales de las puertas y por eso la buena suerte vendría a la persona que vivía en la casa por haber sido caritativa y haber dado cobijo a los espíritus. Se acostumbraba a darle acebo a las chicas solteras en la celebración del primer día del año para encontrar novio.
Con la propagación del cristianismo, el acebo se tomó como un símbolo de la corona de espino que llevó Jesús y las bayas rojas eran un recordatorio de su sangre que derramó para salvar a la humanidad.
Diversas leyendas y mitos se extendieron en torno a este tema central del acebo y Cristo. Por ejemplo, se dice que un arbusto de acebo apareció inmediatamente en el suelo después de la resurrección de Jesús. Otra creencia nos dice que la cruz fue hecha con madera de acebo, con bayas que originariamente eran amarillas pero que se pusieron rojas cuando la sangre de Jesús cayó sobre ellas.
El villancico navideño titulado El acebo y la hiedra hace referencia a que la corona se construyó con ese arbusto. (El lenguaje de las flores).
Tanto el acebo como el muérdago todos los años en diciembre entran en mi casa como signo de paz y para que tengamos un año de paz y buena salud, por este motivo le regalo a mis hijos una rama de acebo y una rama de muérdago y lo conservan durante todo el año.
ResponderBorrarEl muérdago hay que comprarlo a primeros de diciembre pues el día de Santa Lucia la patrona de la vista coges una rama y pides un deseo para todo el año.