
Una luz encendida con ese fuego de nobleza abre un torbellino que establece un espacio interdimensional, una puerta directa al cielo por donde nuestras respuestas a las inquietudes humanas fluyen con más facilidad, como bendiciones, derramándose sobre el que ora y sobre las personas por las que se pide.
En tu altar se hallarán ángeles ceremoniales procurando que practiques siempre este acto de amor. Las luces, colores y esencias que genera este ritual producen formas que vibran alrededor de tu altar, sustanciándose como seres alados de bellísimo fulgor, listos para trasladar a tu mundo lo mismo que pides para los demás.
El color que uses en las velas podrá corresponder a la vibración de la petición o a la virtud más destacada del Ser a quien se envía la luz de amor: dorado de adoración a Dios, blanco de Nuestra Madre Divina, rosa de amor y perdón, verde de salud celestial y azul o violeta de la espiritualidad. Los difuntos piden rosa de amor. El blanco de la pureza puede sustituir a ésta o a todas las demás. El uso frecuente del negro no es beneficioso, no eleva y aleja a los seres de luz. Busca mi presencia para iniciar tus rituales....ahora visualízame contigo...tú en mis brazos y juntos prenderemos una vela para adorar a Dios y armonizar tu hogar. Te amo con toda mi naturaleza angelical.
(Lucy Aspra)
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