Para los egipcios, el Dios Sol tomaba su barca de plata para recorrer el mundo de los muertos durante la noche y retomaba su barca de oro al amanecer. Junto con él traía a las almas que volvían a la vida con el despertar de cada mañana, entendiendo con ello que al dormir, nuestras almas también viajan por el universo subterráneo junto a él. Podemos relacionar un amanecer con todo lo que signifique un inicio, ya sea que se trate de una Luna nueva como el comienzo de un año o de un ciclo cualquiera de vida. Este origen reciente recuerda que, de una u otra manera, se ha transitado un período previo colmado de ocultamientos o finales, luego del cual todo debe reiniciarse nuevamente. Junto con él también se inaugura una nueva perspectiva de la vida, de igual forma que con la luz del amanecer nuestra mirada renace tras haber pasado por la oscuridad de la noche. Este símbolo puede representar a una persona capaz de tener una inalterable actitud de pureza frente a la vida, como si pudiera mantener una disposición de inocencia permanente. En su faz negativa: puede haber una actitud compulsiva de buscar siempre nuevas experiencias, sin darse el tiempo necesario para establecerse en ninguna. Miedo a crecer.
Idea - Clave: PUREZA
(Ana Lía Ríos)
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