UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

enero 11, 2010

Elemento Agua


El agua es la segunda energía más densa después de la tierra. Como tal, su expresión y expansión se produce en formas de ondas circulares en todos sentidos. es bien conocido que no es posible restringir esta expansión y que un estímulo aplicado en cualquier punto de su masa hará vibrar hasta el más lejano rincón de la misma. tenemos así descrito en esencia, el sentimiento en la astrología: vulnerable, fácil de influir, inestable, puesto que al ser líquido fluye y adopta la forma del recipiente que lo contiene. Su color es azul, su temperamento asociad es el flemático. es frío y húmedo, pasivo, femenino, el segundo más yin después de la tierra. Al mundo del agua pertenecen las pasiones, los instintos, el dolor y el placer, los sentimientos, los temores y anhelos, las esperanzas y desesperanzas, lo esotérico y todo el mundo psíquico, todo aquello que no se formula en pensamientos ni a través de los sentidos ni por medio de la materia. El tiempo y el espacio cobran aquí una relatividad asombrosa, siendo la principal unidad de medida la intensidad de lo que "me atrae" o "me repele", "me gusta" o "me disgusta". Todo lo que no tiene suficiente intensidad se vuelve lejano e insignificante. De igual forma se distorsiona el tiempo; todo lo importante es el ahora, lo que puede incluir material del pasado, presente o futuro, mediante conexiones variables, móviles, adaptables al flujo del líquido, al procesamiento de lo vivido. El mundo del hombre de agua es el de los estados de ánimo, el de la más extrema subjetividad. Allí pierde importancia el cuerpo físico y el mundo mental y se empequeñece la voluntad. Tienden a dominar los deseos en pares de opuestos: esperanza (anhelo) - miedo (de no lograr lo deseado). Esta polaridad está orientada hacia los otros, de cuyo psiquismo el hombre de agua se nutre. Vive en función de intensas penas y alegrías ajenas, aún a costa de las otras facetas de la realidad o de que las causas de tales emociones hayan desaparecido hace tiempo. El trata  de mantenerse tanto tiempo cuanto pueda en este ambiente onírico, lúdico, del psiquismo, viviendo en el romanticismo nostálgico de lo inalcanzable, de "la posibilidad de...", del presentimiento, del descubrimiento de realidades más allá de lo sensible. La interpretación del arte, la intuición de los trasfondos místicos, los estudios esotéricos se vuelven más importantes que la realidad cotidiana.
El elemento agua, igual que el de tierra, se vuelca hacia el pasado, pero de manera diferente pues lo vive en incompleta digestión, la que trata de no finiquitar para no caer en la realidad. Esto determina que constituya el elemento que carga con más culpa consigo, culpa que abarca incluso a los malos pensamientos. pero mientras el hombre de tierra procura reparar lo hecho, el de agua sólo puede padecer. padece por sus culpas y también porque se sintoniza emocionalmente con los demás y sufre con ellos, como si esos dolores fueran propios.
Entre las virtudes de los hombres de agua está su emocionalidad profunda, su receptividad a los sentimientos de los demás, su vigor espiritual, sus potencialidades
psíquicas y esotéricas, su compasión, su percepción inconsciente, su amor a las criaturas, su altruismo y sentido protector, su adaptabilidad. Sus defectos nacen de un enfoque a bajo nivel de esas mismas cualidades: sentimentalismo barato, inestabilidad, incertidumbre, adopción inconsciente de conductas ajenas, manipulación de los demás, miedos irracionales, hipersensibilidad, frustración, actitud de víctima permanente, escasa lógica, exceso de subjetividad, volubilidad, desconfianza y recelo, aislamiento.
El primero de los signos de agua, Cáncer, es el más sensible a la emocionalidad, el que está más a merced del ir y venir de sus aguas; gráficamente se le puede concebir como un río y su divisa es: "Yo siento". El segundo, Escorpio, es el agua profunda, aparentemente estancada, pero con corrientes subterráneas y semejante a un lago; se asocia a la experiencia del sexo y al "Yo deseo". A piscis, en cambio, se le ha descrito como el océano insondable; representa la experiencia de la sumisión a lo trascendente y al "Yo creo". Este último constituye el signo de agua que mejor puede emplear su sensibilidad psíquica para el esclarecimiento y la transformación. (www.alcione.cl)

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