La Catedral del Mar - Barcelona

Entre 1329 y 1383, la gente del barrio de la Ribera de Barcelona participó activamente en la construcción de una iglesia gótica de extraordinaria belleza y esbeltez, siendo maestros de obra Berenguer de Montagut y Ramón Despuig. A pesar del terremoto de 1428, del incendio de 1936, de diversas aportaciones flamígeras y barrocas y de tener un exterior simple y compacto con torres octognales y arbotantes en lugar de contrafuertes, la belleza de esta singular iglesia tan popular se encuentra en su excepcional interior gótico. El espacio interior está estructurado en tres naves, sin crucero pero con un deambulatorio alrededor del altar. Cada nave tiene cuatro tramos, apareciendo espacios centrales cuadrados y hasta 35 capillas rectangulares, unas altivas columnas octogonales y en la zona del presbiterio medio tramo y una distribución poligonal de 7 columnas (con sus capillas asociadas), que se corona con unas magníficas bóvedas de crucería y su bonita bóveda.
El problema geométrico de hacer la distribución heptagonal de las 7 columnas alrededor del altar, consagrando el mítico número 7, fue siempre un tema medieval de gran virtuosismo al no ser posible, con los instrumentos clásicos de regla y compás, proceder a un trazado exacto del heptágono.
La poca diferencia de altura entre las naves, las formas rectangulares, la simetría de la retícula de columnas (separadas 15 metros) y la no existencia del crucero, da a esta iglesia una impresión de gran espacio, amplio y diáfano como pocas construcciones góticas. La Catedral del Palma de Mallorca después de la intervención de Antoni Gaudí también ofrece en su interior esta sensación de "gran espacio".
El otro secreto de Santa María del Mar es la luz percibida desde el interior a través de los colores de las vidrieras de todos los ventanales con arcos apuntados y a través del gran rosetón (rediseñado en 1459 por Antoni Llonge), donde domina el color azul y blanco en una perfecta distribución simétrica de 12 ejes de simetría. (Claudi Alsina)