UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

octubre 16, 2008

La luna

En el instante en que la Luna aparece en el cielo, se abre una dimensión nueva del espíritu. Ligera y cambiante, nos señala que tal vez existe un camino diferente para el conocimiento. La Luna es el único satélite de la Tierra y también el cuerpo celeste más cercano. A pesar de ser mucho más pequeña que el Sol, a causa de su proximidad la vemos del mismo tamaño. Esto ha hecho que los hombres la equiparemos a él en importancia. Como el anverso y el reverso de una moneda le hemos dado a cada uno sus valores. El Sol se identifica con las virtudes del día: la luz, el calor, lo seco, lo visible, la lógica, la fuerza, el trabajo, el pensamiento, la actividad, la practicidad, lo consistente. La Luna se identifica con la noche: la oscuridad, el frío, la humedad, lo invisible, la intuición, la debilidad, el ensueño, la imaginación, la emotividad, el sentimiento, la pasividad, el inconsciente.
Desde nuestra cultura occidental nos cuesta percibir que ambos forman parte de una unidad, que no es una división maniquea entre valores, sino una visión complementaria. Nuestra sociedad solar, niega todo aquello que no se presenta con diafanidad, como si lo que no se viera careciera de existencia. "Ver para creer" parece ser el lema que mejor nos representa. Presos del racionalismo hemos descartado los símbolos, los mitos y toda clase de explicación de lo real que no puede medirse y alcanzar categoría de ciencia. Sin embargo, existe otra realidad que no puede indagarse sino a través de la intuición, que no se puede conocer sino sólo presentir. Desconocerla no hace que desaparezca ni que deje de ejercer su influencia. Simplemente arremete sobre nosotros y nos encuentra desarmados. (Elena Casal).

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