Ponte físicamente cómodo. Viste prendas holgadas. Quítate los zapatos. Siéntate o échate en un sitio agradable.
Elimina todas las distracciones:ruidos, personas, teléfono, televisión.
Elige tus sonidos: música tranquila, campanillas que agiten el viento y el silencio.
Respiración: unas cuantas inspiraciones profundas para relajarte. Respira lentamente. Inhala sentimientos positivos y luz, exhala los negativos.
Busca primero a Dios: alábalo y dale las gracias por todas las cosas.
Ilumínate: no tienes por qué mostrarte solemne, sino simplemente sereno.
Repasa tu lista de cosas para las que necesitas ayuda: asigna un ángel a cada una y manifiesta por adelantado tu gratitud.
Crea un altar: coloca en un espacio especial, sobre una mesa, en un lugar de tu estancia cosas que recuerden a los ángeles, ornamentos, emblemas e imágenes angélicas, además de incienso.
(Tus ángeles guardianes - Linda Georgian).
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