Es el "Brillante que sana". Dios le otorgó el poder de curar y la capacidad de librar a la gente del peligro. Constituye una figura central en el Libro de Tobías, la obra que más nos informa acerca de este ser celestial, propicio, plácido y cordial, conocido como el Jefe de los Ángeles de la Guarda. En este relato aparece bajo la apariencia de un hombre llamado Azarías y ayuda de muy diversas maneras a Tobías durante un peligroso viaje. Sólo próximo al final, revela que es Rafael. Enseña a Tobías el modo de emplear las entrañas de un pez como medicina, lo protege de asechanzas e incluso actúa como casamentero, encontrándole una esposa bella, virtuosa y rica. Como se dijo, Rafael significa "Dios ha curado" o "Medicina de Dios" y se le atribuye la curación de las heridas de los mártires y su consuelo durante las pruebas a que se vieron sometidos. Además, por su ayuda a Tobías, se le pide asistencia para los viajeros, así como los heridos y enfermos. En el Antiguo Testamento, Rafael curó el dolor de la circuncisión de Abraham y entregó a Noé el Libro del Ángel Raziel que contenía no sólo información médica sino todo lo que hacía falta saber para construir el arca. Se dice que es el Ángel del Sol de los antiguos esenios, que proporcionaba al cuerpo el fuego de la vida. Como Ángel de la Ciencia y del Saber, recibió también la misión de guardar en el Edén el Árbol de la Vida. Su fiesta se celebra el 18 de mayo. (Tus ángeles guardianes - Linda Georgian).
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