Cuando abras La Biblia...

Siempre que abramos La Biblia, debemos afirmar: "Hágase La Luz" y al cerrarla digamos con gratitud: " Y se hizo La Luz". Con esta afirmación y reconocimiento, armonizamos nuestra mente con el Espíritu de la Verdad. Entonces la sabiduría disipa la oscuridad de la limitada razón humana y la suplanta con la comprensión. Ya no leemos el libro encontrándolo difícil de entender. Con Su Luz brillando sobre sus páginas, La Biblia se vuelve una viviente palabra que nos guía, paso a paso, por el sendero del desenvolvimiento espiritual. Los escritores de los 66 libros de La Biblia, los escribieron en un nivel de conciencia espiritual y solamente en esta conciencia es que pueden ser interpretados. El significado espiritual de La Biblia es el tesoro escondido en el campo: según excavamos, su profundo significado sale a la superficie hasta que asombrados y agradecidos nos detenemos a contemplar su belleza. Escribe Charles Filmore: "El hombre es un ser tríptico: espíritu, alma y cuerpo y así también La Biblia es una unidad trina. Es un "cuerpo" como libro histórico; un "alma" como maestra de moral y "espíritu" como instructora de los misterios del ser". (Manual de prácticas metafísicas).