UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

marzo 23, 2008

Zoroastro (Zaratustra)

Un destino similar al de Akenatón les sobrevino a los dioses de la antigua Persia cuando, en el siglo VI a.C,el profeta Zoroastro proclamó que a partir de aquel momento habría un único dios llamado Aura Mazda. Al igual que el faraón, Zoroastro, a pesar de su poder, no pudo erradicar todo el panteón de deidades que su pueblo había venerado durante siglos. Un panteón que incluía hombres-toro alados, un dios llamado nebo, un dios lunar y mensajeros angélicos que eran hijos de las deidades. De modo que se le ocurrió la ingeniosa idea de asignarles otros nombres en la nueva religión y declaró que eran "inmortales generosos", espíritus buenos o demonios. Estas nuevas designaciones les permitieron sobrevivir, gestándose así una nueva tropa de ángeles. Como haría Buda medio milenio después, Zoroastro trató de establecer una forma de monoteísmo basada en principios éticos que hacían prevalecer el bien sobre el mal: buenos pensamientos, palabras y actos. Entonces formuló la entonces novedosa idea de que el mundo está polarizado en una batalla perpetua entre las fuerzas del bien y del mal y que los seres humanos deben elegir entre ambos. Así en la religión de Zoroastro, el bien está regido por el dios supremo Aura Mazda (o señor sabio), que representa la pureza de la luz suprema. A Aura Mazda le asisten arcángeles o espíritus puros que representan las 7 ideas morales fundamentales propuestas por Zoroastro. Su opuesto es Angra Mainyu o Ahaitin (una de las primaras formas de Satán); él es el progenitor del mal, el principio oscuro o espíritu del mal. Este dios malo está rodeado de demonios. Una autoridad traduce las 7 ideas morales propuestas por Zoroastro como Buen Conocimiento (Sabiduría), Verdad (o El Camino), Piedad, Salvación, Inmortalidad (o deleite en la belleza), Obediencia y Buena Suerte Merecida. A cada una de estas "amesha spenta" o virtudes morales se le asigna la protección de algo: la sabiduría protege la Tierra, la Verdad protege al fuego, el deleite en la belleza protege las plantas y así sucesivamente. Otro ángel en el sistema de Zoroastro es Ashi, el Buen Ángel de las Bendiciones. Ashi es la forma femenina de Asha, que gobierna la verdad, la Justicia, la Virtud, la Santidad, la Ley Cósmica y el Orden. Aura Mazda, como dios principal, otorga bendiciones a los seguidores de Asha, Verdad o Ley Divina (tal como la definió Zoroastro). Antes de los tiempos de Zoroastro, el Ser Supremo no estaba dividido en bueno y malo; se presumía que la Fuente Última, cualquiera que sea el nombre que le demos, contenía tanto el bien como el mal, y a ninguno de los dos se les ponía la etiqueta de correcto o incorrecto. Desde aquellos tiempos esta dualidad ha asolado al género humano: los ángeles buenos estaban dispuestos en uno de los bandos y los malos en el otro, en eterna batalla por las almas de los seres humanos. Y ocurrió que los griegos persiguieron e iban pisando los talones de los seguidores de Zoroastro y, en el año 300 a.C, Alejandro Magno prácticamente aniquiló el zoroastrismo en su marcha triunfal hacia Oriente. La conquista musulmana de Asia Menor, en el siglo VII de nuestra era, exterminó a los pocos seguidores que quedaban, acabando con el glorioso Aura Mazda. Curiosamente estos dos nombres han perdurado hasta nuestros días: uno es una marca de bombillas y el otro una marca de automóviles. Los pequeños cúmulos de adoradores restantes acabaron emigrando a India en el siglo X de nuestra era, llegando a ser conocidos como los parsis. Actualmente son una secta minoritaria integrada en la cultura hindú.

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