Apariciones de la Virgen

Se denomina así a las manifestaciones sobrenaturales de la Virgen María. Las apariciones son acompañadas, por lo general, por otros fenómenos asociados como visiones de ángeles, música y cánticos celestiales, curaciones milagrosas. Suelen tener naturaleza apocalíptica, con María exhortando a la gente a la oración y a una vida sin pecado y a construir iglesias en su honor. También suele dar algún mensaje secreto a un grupo de personas selectas que la perciben (con frecuencia niños). Sabemos que las apariciones han sucedido en todo el mundo y a través de los siglos, pero sólo 8 de ellas han sido autentificadas por la Iglesia Católica: Guadalupe (México 1531); París (Francia 1830); La Salette (Francia 1846); Lourdes (Francia 1858); Knock (Irlanda 1879); Fátima (Portugal 1917); Beauraing (Bélgica 1932-33) y Banneaux (Bélgica 1933). Las apariciones especialmente asociadas con ángeles son las de París, Guadalupe, Knock y Fátima. Pero la más famosa de ellas y la que más tinta ha hecho correr y más devoción despierta es la de la Virgen de Guadalupe, quien se apareció 5 veces a Juan Diego, un indio azteca convertido al catolicismo. El primer episodio ocurrió al alba, cuando Juan estaba en misa. Súbitamente escucho un coro celestial y luego una voz de mujer que le llamaba por su nombre. Entonces Diego vio una dama de pie en medio de una nube luminosa e iridiscente con halos de arco iris. Ella se identificó de inmediato como María. En otra ocasión se apareció y dijo a Diego que tomara flores, a pesar de que hacía demasiado frío en esa época del año. Milagrosamente, el indio encontró un jardín de rosas en donde antes no había flores de ningún tipo. Siguiendo las instrucciones, recogió las rosas en su túnica y se las llevó al obispo. Pero, al desenvolver el manto, éste estaba impreso con una hermosa imagen de la Inmaculada Concepción: una dama con el sol y las estrellas, de pie sobre una luna nueva, con un ángel a sus pies.En la actualidad, de la imagen original de la Tonantzin, como se conoce a la Virgen, retocada muchas veces a lo largo de los siglos, sólo persisten los tonos azul y rosa del manto de la túnica, así como la cabeza, las manos y el pie derecho. No obstante ello, la impregnación de la tela sigue siendo para la ciencia un misterio. (De "El libro de los ángeles").