UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

marzo 20, 2008

Agar y los ángeles

En dos ocasiones, injuriada y expulsada por su ama Sara, la esposa de Abraham, la sirvienta egipcia Agar se encontró perpleja, sin esperanza. En la primera ocasión, Agar esperaba un hijo de Abraham y Sara la echó de su casa para que se valiera por sí misma. Agar estaba sola, dolorida, al borde de la desesperación. Según Génesis 16: 7-11: "El ángel del Señor la encontró en el desierto junto a un manantial de agua y le dijo: -Agar, esclava de Saray, ¿de donde vienes y adonde vas?- . Ella respondió que huía de la presencia de Saray. El ángel del Señor le dijo: "Vuélvete a tu señora y ponte a sus órdenes". Y añadió: "Multiplicaré tanto tu descendencia que no se la podrá contar...Tú estás encinta y darás a luz un hijo y le llamarás Ismael, porque el Señor a escuchado tu aflicción". El ángel de Agar le mostró la visión de un mañana brillante, tan sólo si ella lograba reunir las esperanzas suficientes para sobrevivir a ese día de oscuridad. Entonces ella retornó y resistió y dio a luz a Ismael, el primer hijo de Abraham. Sara todavía no tenía hijos y no podía soportar lo que tomaba como una muestra de superioridad por parte de Agar. Por lo que una vez más Sara persuadió a un muy renuente Abraham para que exiliara a Agar junto a su pequeño Ismael. Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y agua y se lo dio a Agar...Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba. Cuando se agotó el agua del odre, dejó al niño bajo un matorral y se sentó enfrente, diciendo para sí: "No puedo ver morir al niño" Y el niño se puso a llorar a gritos. (Génesis 21: 14-16). El genial poeta de Génesis ofrece un retrato conmovedor. Luego a través de las lágrimas, Agar ve un ángel de Dios, que le dice: " ¿ Qué te pasa Agar?. No temas, Dios ha oído los gritos del pequeño...levántate, coge al niño y tómalo de la mano, porque de él haré yo un gran pueblo. (Génesis 21: 17-18). En éstos dos encuentros celestiales, el ángel no realiza nada milagroso. Antes bien, en cada ocasión el ángel le pide a Agar que se ayude a sí misma. Los ángeles buenos residen en el corazón humano, si ese corazón es hospitalario para con ellos. (Extraído de "Una reunión de ángeles" - Morris Margolies).

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