UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

marzo 01, 2008

San Francisco de Asís (1181-1226)

Giovanni Bernardone, el gran santo de la cristiandad, aquel que glorificó la pobreza y pasó la historia como "el pobrecito de Asís", era hijo de un rico mercader de paños y parecía destinado a ser un simple comerciante, sin saber la suerte que el hado le tenía reservada. Habiendo estallado la guerra entre el papado y el imperio germánico, Francisco se enrola en el ejército, cae prisionero y enferma. Tendido en su lecho de dolor, escucha una voz que le impulsa al camino espiritual y comienza su búsqueda en la soledad del cautiverio, búsqueda que marcaría el resto de su vida: se entrega a Cristo en cuerpo y alma y con el tiempo reuniría a su alrededor un grupo de almas devotas. Vestido casi como un mendigo, inicia un camino lleno de penitencias y se dedica a servir a los pobres, sin mirar la vista atrás, con la confianza "que el Señor proveerá". Su vida estuvo llena de penurias y de alegrías, hasta decir que un día llega hasta el papa Inocencio III. Éste le da su aprobación oficial y le otorga la licencia para predicar. Así funda, casi de la nada, la orden de los Hermanos Franciscanos, cuya regla recibe en 1210 la aprobación oral del papa. Posteriormente funda la de las Clarisas junto a Santa Clara de Asís y la orden tercera de la penitencia. Durante el verano de 1224, Francisco hizo un retiro en una pequeña choza del monte De Verna. Pretendía experimentar el sufrimiento de la flagelación y el hambre en honor del Arcángel Miguel, pidiendo que se le dejara solo hasta la festividad del arcángel, el 29 de septiembre. Francisco tenía 42 años, tenía fiebre y estaba muy delgado por las mortificaciones que se autoinfligía. e Cristo en la cruz. Mientras estaba en éxtasis se le apareció un serafín. El ángel con 6 ígneas alas descendió del cielo. Cuando la visión acabó encontró que sus pies y sus manos tenían marcas como de clavos y una herida en su costado, como la que sufrió Jesús en la cruz, herida de la que desde entonces brotó sangre con frecuencia. Francisco se sintió muy incómodo por estos estigmas y durante los 2 años siguientes mantuvo sus manos dentro de su hábito, usando medias y calcetines. No habló con ninguno de sus seguidores del milagro, pero éstos finalmente lo supieron al encontrar sangre en sus ropas y observar las dificultades del santo al caminar. El milagro se hizo famoso e incluso existen varios cuadros que muestran la escena del descenso del ángel y la aparición de los estigmas. Al final de su vida, ciego y discutido incluso por los miembros más negativos de su propia orden, fue capaz de morir cantando, mientras el pueblo corría a besar los pies con los estigmas. En 1228, sólo 2 años después de su muerte, el papa Gregorio IX canonizó al santo y colocó la primera piedra de la iglesia dedicada a él en Asís. Pocos escritos nos ha dejado, como casi todos los grandes místicos, d su paso por la Tierra, salvo su "Cántico del Hermano Sol " o " Alabanza a las Criaturas". (Extraído de la web - Desconozco su autor).

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