UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

marzo 30, 2008

La fórmula infalible

Cada mente humana contiene una acumulación de opiniones, convicciones o conceptos errados, contrarios a la Verdad y en conflicto con los Principios básicos de la Creación y que están continuamente manifestando, en las condiciones exteriores, todo lo que aqueja al ser humano y al mundo en general: accidentes, dolencias, pleitos, escasez, desarmonía y fracasos. Felizmente, nada de eso se ajusta a la Verdad del Ser. Existe la manera de borrar todas esas creencias falsas y de sustituirlas por correctas, que no solamente produzcan condiciones y circunstancias positivas, buenas, felices, correctas, sino que, corregido el error y establecida la Verdad en el subconsciente, nunca más podrán volver a suceder cosas negativas en nuestras vidas. La orden ha sido cambiada. El imán ha cambiado de polo. Es absolutamente imposible atraer algo que no encuentre ya su correspondencia en nosotros. La fórmula infalible es la siguiente: cada vez que te ocurra algo indeseable, que te enfermes, que tengas un accidente, que te roben, que te ofendan, que te molesten o que seas TU la causa de algún mal hacia otro o hacia ti mismo, si eres afligido por un defecto físico, o moral, o de carácter; si te desagrada alguien, si lo detestas o si amas demasiado y sufres por ésto, si te torturan los celos, si te enamoras de alguien que pertenezca a otro, si eres víctima de una injusticia, o del dominio de otro...conoce la Verdad. La Verdad es la ley suprema de la Armonía Perfecta. la bondad, la justicia, la libertad, la salud, inteligencia, sabiduría, amor, dicha. Todo lo opuesto es apariencia. Es contrario a la ley suprema de la Armonía Perfecta y es mentira porque es contrario a la Verdad. Cualquier cosa que estés manifestando, que te esté ocurriendo a la Armonía Perfecta, se debe a una creencia errada que tú creaste y que por reflejo estás lanzando hacia afuera y atrayendo su igual del exterior. Ahora, en cada una de esas circunstancias, debes recordar todo lo que acabas de leer y luego decir mentalmente, o en voz alta: "NO LO ACEPTO". Dilo con firmeza pero con infinita suavidad. Los trabajos mentales no necesitan de la fuerza física. Ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos. Cuando tú digas "no lo acepto", hazlo como si dijeras "no me da la gana", con tranquilidad, sin gritar, sin violencia, sin un movimiento, sin brusquedad. Luego de haber dicho "no lo acepto", recuerda que tu Yo superior es perfecto. Ahora dí: "Declaro que la Verdad de este problema es armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, salud, vida... Gracias Padre que me has oído". No tienes por qué creer ciegamente en lo que estás leyendo. Debes comprobarlo tú mismo. (Conny Méndez).

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