Una reunión de ángeles

Los ángeles son metáforas de las ambiciones y emociones humanas básicas: amor, odio, envidia, lujuria, caridad, malicia, codicia, generosidad, locura, visión, dolor, temor y esperanza. "La asamblea de ángeles" situada en el cielo por John Milton se ubica en la tierra a través de las enseñanzas judías. Esa reunión está dentro de cada uno de nosotros. Esta interpretación reconcilia la existencia de los ángeles con las enseñanzas de una religión monoteísta. El credo judío esencial es: " Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno". El Uno no comparte Su soberanía con nadir. El Uno no necesita ayuda de nadie. Entonces, ¿alguien así necesita de los ángeles? ¿Los ángeles no son, en realidad, una blasfemia contra la concepción de un Dios único?. Si vemos a los ángeles como parte de nuestro propio ser, afirmamos que Dios no necesita ningún ángel, pero nosotros los mortales, sí. Además, el hecho de tener ángeles en nuestro interior nos ayuda a atenuar el vasto abismo que nos separa de Dios. Los ángeles se convierten en aspectos del ser con quien podemos relacionarnos. De todos modos, los maestros profesores del Talmud percibieron el peligro inherente en la aceptación de los ángeles: podrían convertirse en objetos de adoración, de culto, de oración y la unicidad de Dios podría verse amenazada seriamente. Los Rabinos del Talmud lucharon contra esta amenaza de maneras variadas. Una ley decía: " Todo aquél que ofrezca sacrificios al Arcángel Miguel se entrega a la idolatría". El Rabí Yudan ofreció esta explicación: "Los seres humanos tienen sus patrones. En medio de un problema, una persona no irrumpe en la casa de su patrón sin anunciarse. Antes bien, se queda parada en la entrada de la casa del patrón y habla con el sirviente o con el portero y pide que lo reciba. No sucede lo mismo con el Señor, bendito Sea. En caso de que una persona estuviera en problemas no tiene necesidad de hablar con Miguel ni con Gabriel. Tendrá que dirigirse directamente a Dios y recibirá una respuesta inmediata". Una y otra vez, la enseñanza judía subraya que los ángeles no son poderes independientes sino que son los agentes de Dios. (Extraído de "Una reunión de ángeles" - Morris Margolies).