Para compensar el miedo básico surge un deseo básico. Es el modo de defendernos de miedo básico para seguir funcionando. El deseo básico es lo que creemos que nos hará sentir bien. Los deseos básicos representan las necesidades humanas universales y legítimas, aunque cada tipo idealiza y se aferra a su deseo básico de tal manera que las otras necesidades humanas comienzan a sufrir. Es importante comprender, que no hay nada malo en nuestro deseo básico; el problema es que tratamos de hacerlo realidad de modos equivocados que nos llevan por caminos que en último término son contraproducentes. Comprender el miedo y el deseo básicos nos da una percepción particular de la doctrina antigua y universal de que la naturaleza humana está impulsada por el miedo y el deseo. Así se podría decir que toda la estructura de nuestra personalidad está compuesta de nuestra huida del temor básico y nuestra tenaz persecución del deseo básico. De esta dinámica surge toda la gama de sentimientos de nuestra personalidad, que se convierte en los cimientos de nuestro sentido de identidad. A continuación se detallan
los deseos básicos y sus distorsiones de acuerdo a cada tipo:
1 - Deseo de integridad (degenera en perfeccionismo crítico).
2 - Deseo de ser amado (degenera en necesidad de ser necesitado).
3 - Deseo de ser valioso (degenera en afán de éxito).
4 - Deseo de ser uno mismo (degenera en autocomplacencia).
5 - Deseo de ser competente (degenera en especialización inútil).
6 - Deseo de seguridad (degenera en escapismo frenético).
8 - Deseo de protegerse (degenera en lucha constante).
9 - Deseo de estar en paz (degenera en terca negligencia).
(Riso - Hudson)
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