No debemos pensar que los ángeles se han estado escondiendo de nosotros sólo porque no hemos sabido dónde o cómo buscarlos. Los ángeles siempre han sido nuestros amigos. No se encuentran sólo en los libros o en los árboles de navidad y en las paredes de las catedrales; se encuentran siempre entre nosotros cada día de nuestras vidas. No están en la periferia, están con nosotros, si estamos dispuestos a reconocerlos.
Si buscas un ángel con el corazón abierto, siempre encontrarás alguno.
La única forma de conocer un ángel es por medio de los sentimientos.
Algunas veces lo reconoces por las alas que descubres que te han crecido.
Los ángeles no siempre acuden cuando los llamas, sino cuando los necesitas.
Una razón por la cual nadie habla demasiado de los ángeles es porque ellos son bastante reservados acerca de sí mismos.
Mantener un ojo abierto a los ángeles nunca decepciona.
Un ángel puede darse a conocer ante ti mediante simples actos de bondad.
A veces reconoces a un ángel sólo por los milagros que florecen en su camino luego de que se ha marchado.
Existe entre los ángeles de todos partes, un lazo que nunca puede ser cortado ni borrado, no importa cuales sean los problemas y la distancia que parezcan alejarnos.
(Extraído de "El libro del ángel" - Karen Goldman)
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