
Un ángel es una ventana abierta...es como enamorarse. Para ellos todos los caminos conducen al Cielo. Revelan su belleza en todas las cosas. La flexibilidad de un ángel nace de la humildad. No hay hilos que los aten. Su inteligencia no está sólo en su mente, sino en su alma. Su espíritu es el espíritu de la amistad. Son ligeros porque no cargan con el peso del orgullo. No temen al amor...el amor es lo que los eleva. Hay un solo camino al Cielo. En la Tierra lo llamamos Amor. En el momento que elegimos, podemos elevarnos a nuestra naturaleza angélica para encontrar el Cielo. Ese estado de éxtasis no puede perderse ni olvidarse. Si llegamos a sentirlo alguna vez, aunque sea fugazmente, por un instante, capturarlo para siempre y ser uno con él, se convierte en nuestro más caro e íntimo propósito. (El Libro de los Ángeles)
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