
Prácticamente no importa a quién reces, el simple acto de expresar un deseo a un poder superior conlleva resultados. Existen infinitos tipos y manifestaciones de oración. La oración humilde es una conversación con el Padre explicándole el estado y circunstancia de tu vida y dónde te encuentras. Puede ser a modo de relato verbal sobre tu preocupación por las injusticias de la vida, puede ser una súplica de intercesión o por las necesidades de muchas personas a cuyo favor imploramos gracia y misericordia. Puede revestir forma de lamento, en el que participamos a Dios nuestra tristeza respecto al estado del mundo, al igual que los antiguos profetas lamentaban las obras de los malhechores en la Tierra y exhortaban a los hombres a obrar mejor.. Rezar equivale a decirle a Dios lo que está ocurriendo, o también nuestra opinión. Es informar a los ángeles de las cosas que hace falta resolver tanto en el ámbito personal como planetario. Orar es hacer una promesa de amor a Dios, es esforzarse por ser íntegro; es obra del amor. (Extraído de "El ángel de la escucha" - E.C.Prophet).
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