Talasoterapia

En el agua salada de los océanos se encuentra una terapia distinta y placentera, capaz de lograr resultados asombrosos. Sin que un requisito sea saber nadar, un tratamiento tan antiguo como la humanidad espera en la orilla de los mares a los estresados, los deportistas, las madres que acaban de dar a luz y a todos aquellos que superaron los 50. La palabra talasoterapia, proviene del griego "Thálasa", que justamente significa "mar". Esta terapia es el conjunto de beneficios que provee una estadía en el medio marino. Para que esas ventajas se reflejen en el cuerpo hay que pasar un promedio de 20 días en una costa marítima. Esos beneficios se centran básicamente en el baño de agua salada y en el rato que se permanece sobre la arena de la playa. La terapia es más efectiva si se efectúa durante la mañana ya que la brisa marina desaloja cualquier impureza que se deposita sobre la superficie del agua durante la pleamar. Al estar rodeado de agua de mar, se produce en la superficie cutánea un recambio de elementos, sobre todo de iodo y sodio, por el mecanismo llamado ósmosis (el pasaje de sustancias a través de una membrana). Mediante el movimiento de las olas, el mar ejerce sobre el cuerpo una acción tonificante, es decir un hidromasaje natural. El hecho de ingresar al agua nos brinda una sensación placentera, logrando que la energía se renueve y crezca la vitalidad en forma instantánea. Cada día son más los médicos que recomiendan esta terapia a las recientes madres, a los estresados y a los deportistas fatigados. Para las pequeñas depresiones, los problemas para conciliar el sueño, la recuperación luego de infecciones, el período postoperatorio y en general para quienes aceptan a regañadientes los cambios que el paso del tiempo va operando en el cuerpo, la cura marina parece ser una de las soluciones más apropiadas. (Manual de terapias alternativas).