Gurdjieff explicaba que el símbolo del eneagrama tiene tres partes que representan tres leyes divinas que rigen toda la existencia. La primera de estas partes es el círculo, mandala universal usado en casi todas las culturas. El círculo representa la unidad, la totalidad y la unicidad y simboliza la idea de que Dios es uno, la característica distintiva de las principales religiones occidentales: judaísmo, cristianismo y el islam. Dentro del círculo, encontramos el triángulo. En la tradición cristiana representa la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. De modo similar la Cábala, enseñanza esotérica del judaísmo, afirma que Dios se manifiesta inicialmente en el Universo en forma de tres emanaciones o "esferas", las sefirot (Kéter, Biná y Jojmá), que aparecen en el principal símbolo de la Cábala, el Árbol de la Vida. En otras religiones también vemos reflejos de esta idea trinitaria: los budistas hablan de Buda, Dharma y Shanga; los hindúes de Visnú, Brahma y Siva y los taoístas hablan del Cielo, la Tierra y el Hombre. Es notable como casi todas las principales religiones del mundo enseñan que el Universo es una manifestación no de dualidad, como enseña la lógica occidental, sino de trinidad. Nuestra manera habital de mirar la realidad se basa en pares opuestos, por ejemplo bueno y malo, blanco y negro, masculino y femenino, introvertido y extrovertido, etc. Las tradiciones antiguas, no obstante, no ven hombre y mujer sino hombre, mujer e hijo/a; las cosas no son blancas o negras, sino blancas, negras y grises. A este fenómeno Gurdjieff lo llamó "Ley de Tres"; según esta ley todo lo que existe es el resultado de la interacción de 3 fuerzas. Incluso parece que los descubrimientos de la física moderna apoyan esta idea de la Ley de Tres: los átomos están formados por protones, electrones y neutrones y en lugar de haber 4 fuerzas en la naturaleza, tal como se creía, la física ha descubierto que en realidad sólo hay 3: la fuerza fuerte, la fuerza débil y el electromagnetismo. La tercera parte de este símbolo triple es la "hexada" cuyo trazo sigue los números 1-4-2-8-5-7. Esta figura simboliza lo que Gurdjieff llamó la "Ley de Siete" que tiene que ver con el proceso y el desarrollo en el tiempo; afirma que nada es estático, todo se mueve y se convierte en otra cosa. Incluso las piedras y las estrellas se transforman finalmente. Todo cambia, se recicla, evoluciona o se transfiere, aunque de modos legítimos y previsibles según su naturaleza y las fuerzas que actúan sobre ello. Los días de la semana, la tabla periódica y la octava de la música occidental se basan en la Ley de Siete. Uniendo estos 3 elementos (círculo, triángulo y hexada) obtenemos el eneagrama. Es un símbolo que representa la integridad de una cosa (el círculo), cómo su identidad resulta de la interacción de 3 fuerzas (el triángulo) y cómo evoluciona o cambia con el tiempo (la hexada). (Richard Riso - Russ Hudson).
"EL DESARROLLO ESPIRITUAL ES UN VIAJE LARGO Y ARDUO, UNA AVENTURA POR TIERRAS DESCONOCIDAS LLENAS DE SORPRESAS, ALEGRÍA, BELLEZA, DIFICULTADES E INCLUSO PELIGROS". (Roberto Assagioli).
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