Son realizadas siempre con el mismo material, es decir, la madera, las Vírgenes Negras son todas de la misma época (siglos XI, XII, y más raramente del XIII), no apareciendo ninguna auténtica después de fines del siglo XIII.
2) Son siempre Vírgenes Mayestáticas. La Madre se mantiene erguida, con una postura aristocrática, sentada en un pequeño asiento sin respaldo o de un respaldo corto llamado cátedra. El niño está sentado en el regazo de la Virgen (no sobre sus rodillas, pues las piernas de la Madre están ligeramente separadas) y aparece realmente presentado como "el fruto de sus entrañas". Tanto la mirada de la Madre como la del Hijo se dirigen exactamente hacia el mismo punto, recto hacia adelante. Esta actitud y estas posiciones son las que simbolismo cristiano ha asociado siempre con la Adoración de los Magos.
3) El rostro de la Virgen no refleja ni ternura, ni compasión. Es noble, soberano, hierático, de un aspecto oriental acusado, algo inquietante. Estas Vírgenes Negras contrasta con la de otras Vírgenes románicas de la misma época a las que el artesano dio los rasgos característicos de una mujer de su país, en cambio las nuestras adoptan una expresión oriental, egipcia, faraónica.
4) Algunas Vírgenes Negras, son verdaderas obras de arte, otras, groseras estatuillas. Sin embargo, el artesano concedió especial cuidado a los rasgos de la Virgen. Por el contrario los del Niño Jesús son ejecutados de una manera menos cuidadosa, menos refinada y más rápida. Todo sucede, como si para el artesano lo importante fuera la representación de la Madre, siendo la del hijo sólo accesoria.
5) Se descubre que los vestidos, si bien denotan un estilo y un aspecto a veces diferentes, son de color blanco, rojo y azul, con adornos dorados y a veces con accesorios en oro.
6) Todas tienen las mismas dimensiones y sus ligeras diferencias se refieren a detalles tales como la altura del tocado o el espesor de la peana. Miden 0,70 cms. de altura, 0,30 cms. de ancho y 0,30 cms. de profundidad en la base.
7) Los lugares donde fueron situadas eran siempre conocidos y frecuentados desde la más remota antigüedad y en la mayoría de los casos allí tenía lugar, antes del culto de Nuestra Señora, el de una divinidad céltica o "pagana". (Jacques Huynen - El enigma de las vírgenes negras).
julio 24, 2008
Las trece características comunes
1)
Son realizadas siempre con el mismo material, es decir, la madera, las Vírgenes Negras son todas de la misma época (siglos XI, XII, y más raramente del XIII), no apareciendo ninguna auténtica después de fines del siglo XIII.
2) Son siempre Vírgenes Mayestáticas. La Madre se mantiene erguida, con una postura aristocrática, sentada en un pequeño asiento sin respaldo o de un respaldo corto llamado cátedra. El niño está sentado en el regazo de la Virgen (no sobre sus rodillas, pues las piernas de la Madre están ligeramente separadas) y aparece realmente presentado como "el fruto de sus entrañas". Tanto la mirada de la Madre como la del Hijo se dirigen exactamente hacia el mismo punto, recto hacia adelante. Esta actitud y estas posiciones son las que simbolismo cristiano ha asociado siempre con la Adoración de los Magos.
3) El rostro de la Virgen no refleja ni ternura, ni compasión. Es noble, soberano, hierático, de un aspecto oriental acusado, algo inquietante. Estas Vírgenes Negras contrasta con la de otras Vírgenes románicas de la misma época a las que el artesano dio los rasgos característicos de una mujer de su país, en cambio las nuestras adoptan una expresión oriental, egipcia, faraónica.
4) Algunas Vírgenes Negras, son verdaderas obras de arte, otras, groseras estatuillas. Sin embargo, el artesano concedió especial cuidado a los rasgos de la Virgen. Por el contrario los del Niño Jesús son ejecutados de una manera menos cuidadosa, menos refinada y más rápida. Todo sucede, como si para el artesano lo importante fuera la representación de la Madre, siendo la del hijo sólo accesoria.
5) Se descubre que los vestidos, si bien denotan un estilo y un aspecto a veces diferentes, son de color blanco, rojo y azul, con adornos dorados y a veces con accesorios en oro.
6) Todas tienen las mismas dimensiones y sus ligeras diferencias se refieren a detalles tales como la altura del tocado o el espesor de la peana. Miden 0,70 cms. de altura, 0,30 cms. de ancho y 0,30 cms. de profundidad en la base.
7) Los lugares donde fueron situadas eran siempre conocidos y frecuentados desde la más remota antigüedad y en la mayoría de los casos allí tenía lugar, antes del culto de Nuestra Señora, el de una divinidad céltica o "pagana". (Jacques Huynen - El enigma de las vírgenes negras).
Son realizadas siempre con el mismo material, es decir, la madera, las Vírgenes Negras son todas de la misma época (siglos XI, XII, y más raramente del XIII), no apareciendo ninguna auténtica después de fines del siglo XIII.
2) Son siempre Vírgenes Mayestáticas. La Madre se mantiene erguida, con una postura aristocrática, sentada en un pequeño asiento sin respaldo o de un respaldo corto llamado cátedra. El niño está sentado en el regazo de la Virgen (no sobre sus rodillas, pues las piernas de la Madre están ligeramente separadas) y aparece realmente presentado como "el fruto de sus entrañas". Tanto la mirada de la Madre como la del Hijo se dirigen exactamente hacia el mismo punto, recto hacia adelante. Esta actitud y estas posiciones son las que simbolismo cristiano ha asociado siempre con la Adoración de los Magos.
3) El rostro de la Virgen no refleja ni ternura, ni compasión. Es noble, soberano, hierático, de un aspecto oriental acusado, algo inquietante. Estas Vírgenes Negras contrasta con la de otras Vírgenes románicas de la misma época a las que el artesano dio los rasgos característicos de una mujer de su país, en cambio las nuestras adoptan una expresión oriental, egipcia, faraónica.
4) Algunas Vírgenes Negras, son verdaderas obras de arte, otras, groseras estatuillas. Sin embargo, el artesano concedió especial cuidado a los rasgos de la Virgen. Por el contrario los del Niño Jesús son ejecutados de una manera menos cuidadosa, menos refinada y más rápida. Todo sucede, como si para el artesano lo importante fuera la representación de la Madre, siendo la del hijo sólo accesoria.
5) Se descubre que los vestidos, si bien denotan un estilo y un aspecto a veces diferentes, son de color blanco, rojo y azul, con adornos dorados y a veces con accesorios en oro.
6) Todas tienen las mismas dimensiones y sus ligeras diferencias se refieren a detalles tales como la altura del tocado o el espesor de la peana. Miden 0,70 cms. de altura, 0,30 cms. de ancho y 0,30 cms. de profundidad en la base.
7) Los lugares donde fueron situadas eran siempre conocidos y frecuentados desde la más remota antigüedad y en la mayoría de los casos allí tenía lugar, antes del culto de Nuestra Señora, el de una divinidad céltica o "pagana". (Jacques Huynen - El enigma de las vírgenes negras).
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