Durante la Edad Media Santiago de Compostela fue uno de los centros de peregrinación cristianos más importantes. La presencia mora en el sur de España, y que Jerusalén estuviera en manos del Islam, contribuyó a fomentar esta posición de privilegio. Alrededor del camino y por todo el norte de España se levantó una red de monasterios que dependían de la abadía benedictina de Cluny (Borgoña, Francia), otro importante centro del cristianismo europeo.
Miles de peregrinos recorrían diversos caminos para llegar a la vieja ruta romana hasta el santuario del apóstol. Por las noches usaban la Vía Láctea para guiarse, de allí que en algunas partes se llame "Camino de Santiago" a la blanca banda de estrellas de nuestra galaxia. (Lugares Sagrados - La Nación)
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