Se afirma que Miguel Ángel dirigió personalmente las primera etapas de construcción de la cúpula. Y, que tras su muerte, debió ser terminada por Giácomo della Porta y Doménico Fontana.
La suntuosa cúpula alcanza unos 136 metros de altura hasta la cruz. Para subir a la cima se puede utilizar un ascensor pero, desde la base de la cúpula el ascenso sigue por una angosta escalera que se apoya en la curvatura de la cúpula.
Sin embargo, vale la pena el esfuerzo: el premio es admirar una vista de 360 grados de la ciudad del Vaticano y de Roma.
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