Dondequiera que esté siempre encontrará personas orando... sea recorriendo los grandes conglomerados humanos, o estando en medio de los indios, entre los bárbaros, en regiones inhóspitas, junto a medicos y científicos. La materia prima de todas las religiones del mundo es la oración. Desde la más remota antigüedad el ser humano reza. La oración siempre existió en la Tierra, desde que llegó el primer habitante. Si la oración fuese una especie de amuleto de los pueblos primitivos, hoy nadie más rezaría porque la evolución de la humanidad a través de tantos milenios, es realmente estupenda. Actualmente, tenemos una comprensión mucho mayor del mundo mental, espiritual y cósmico. El hecho de que el hombre haya orado desde la época de las cavernas y esa práctica persista aún en los días de hoy, ya significa que en la oración existe algo de profundo, trascendente e inamovible y si la humanidad continúa rezando y cada vez más, es porque cada día se comprueba la utilidad y la necesidad de la oración.
En el interior de la criatura humana están el Poder Infinito y la Sabiduría Infinita o, en otras palabras, está Dios, el Padre, el Yo Mayor, la Fuente de la Vida, la Presencia Divina, la Energía Superior, la Luz Infinita, el Espíritu Santo. No importa el nombre que usted le de a esa Presencia, lo que importa es el reconocimiento de esta verdad.
Jesús decía que dentro de cada uno está el Padre: "Y tú, cuando ores, entra en tu secreto y ora a tu Padre, que está en el secreto....y tu Padre que ve lo oculto, te recompensará..."
Huberto Rohden, en su libro Jesús Nazareno, escribió: "La oración es un despertar del Padre en el Hombre, una realización de Dios en el Hombre, una concientización de la presencia de Dios en el Hombre".
El contacto con su Dios interior es hecho a través de la oración. Este es el lenguaje de la religión. Cualquier pensamiento o palabra dirigida a Dios se llama oración.
El pensamiento es energía. Existen inclusive aparatos que miden la energía que irradia el pensamiento. La oración es una forma de pensamiento, por lo tanto , la oración es, antes que nada, energía mental. Como la oración encierra contenido espiritual, queda claro que la plegaria contiene energía mental y espiritual. Como también se sabe que la plegaria es contacto con Dios, se ve en ella la energía multiplicada al Infinito. Taniguchi escribió: "Aún cuando todo parece estar en tinieblas, no habrá ninguna preocupación ni temor si reconocemos que dentro de nosotros existe una fuerza infinita. A mi oración le responden el Cielo y la Tierra."
El estado interiorizante de la oración es contacto con la Luz y Luz es energía; por eso el aura de una persona que ora se ilumina. Se puede, inclusive, ver un halo de los luz en los grandes místicos, en los santos. Esa energía que brota y vuelve a usted en la oración, puede ser irradiada hacia otra persona, cuando su plegaria se dirige hacia ella. No hay barreras que impidan el flujo de esa energía. Su oración por alguien enfermo es una gran proyección de energía superior hacia esa persona. En la oración se produce la comunicación entre el Padre y el Hijo y esta comunicación es amor. El amor es la luz y en la luz no hay tinieblas. El amor es la oración más elevada. (El poder infinito de la oración de Lauro Trevisán).
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