Las 22 letras del alfabeto hebreo son únicamente consonantes y se las considera sagradas. Estas letras tienen una vibración y energía características, lo que significa que están vivas y llenas del poder creativo del cosmos. Este poder cósmico está latente y sólo puede ser activado por la voz humana, que provee los sonidos vocales; los cabalistas insisten en que la oración no es eficaz a menos que se pronuncie en voz alta. El sonido es generado por el movimiento vibratorio de partículas y objetos. Las vibraciones que producen sonido poseen una energía, una pauta vibratoria sónica que se puede encontrar en el mundo natural y no solamente dentro de nosotros y de nuestro mundo, sino mucho más allá de los reinos cósmicos.
Cada letra del alfabeto hebreo tiene un valor numérico: las tres primeras tienen los valores 1,2 y 3 respectivamente y esta correspondencia se mantiene a lo largo del alfabeto de 22 letras.
Los cabalistas creen que calcular el valor numérico de una palabra define su esencia arquetípica eterna. Por tanto, cualesquiera dos palabras o frases que tengan el mismo valor numérico también tendrán la misma esencia.
El arte de encontrar palabras con el mismo valor numérico se denomina "gematría" y suele aplicarse tanto a los nombres bíblicos como a los nombres de los ángeles. (Hazel Raven).
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