.... inmensa, es el reconocimiento de que el auxilio se halla en torno de nosotros, pero nos torturamos con nuestros propios miedos si no lo solicitamos. Y cuando estamos dispuestos a pedirlo, el auxilio sobreviene. Nada cuenta cuál sea tu religión, o si no tienes ninguna. No importa tu modo de comunicarte con la divinidad y con los ángeles. Ni qué forma asuma la realidad de la asistencia angélica.
¿Cómo y por qué vienen a nosotros los ángeles?
El Salmo 91 responde sencillamente a esta pregunta a partir del versículo 11:
"Que Él dará orden sobre ti a sus ángeles,
de guardarte en todos sus caminos.
Te llevarán ellos en sus manos,
para que en piedra no tropiece tu pie;
pisarás sobre el león y la víbora,
hollarás sobre el león y el dragón".
En el nombre de Dios, los ángeles pueden ayudarnos de cualquier modo que necesitemos:
"Pues Él se abraza a mí, yo he de librarle".
Como dice Dios en el versículo precedente, Él y sus ángeles nos ayudan porque tenemos fe y amor: creemos.
Dios prosigue aquí su simple explicación. Basta con que solicitemos ayuda y él estará allí. Procede así a menudo con la asistencia de Sus ángeles.
Tanto si llamas a Dios a esta fuerza universal como si la denominas Poder Supremo, Destino, o lo que se te antoje, resulta difícil ignorar que existe algo que se halla íntimamente conectado con nosotros y que tal fuerza no está necesariamente allí, como siempre creímos, sino que esencialmente se encuentra en cada uno de nosotros.
(Linda Georgian)
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