Fue el erudito bíblico más importante y la mente más original del período patrístico. Atribuía a los ángeles un cuerpo sutil o etéreo. Asimismo, creía que los ángeles eran capaces de perder su rango y caer. Casi todos los padres de la Iglesia repudiaron este punto de vista de Orígenes por considerarlo herético. En su obra maestra filosófica, De Principiis, afirma que los ángeles derivan su posición o rango de acuerdo a su mérito y presenta la hipótesis de que los ángeles no son impecables ni irredimibles. Trata también la noción de los ángeles guardianes y sugiere que estamos tentados por los espíritus malos y guiados y vigilados por los buenos, específicamente por el ángel que cada uno tenemos asignado por nuestro protector.
(Ángeles, de la A a la Z)
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