UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

abril 03, 2010

Las piedras hablan en Mauriac

La pequeña ciudad de Mauriac en el Cantal posee una muy notable iglesia románica, el más bello ejemplar de la Alta Auvernia. Esta basílica Notre Dame que alberga la Virgen Negra es un edificio sencillo y rudo, pero de él se desprende un auténtica elegancia, una elegancia popular, la de los campesinos de los montes de la Auvernia cuando, separándose de la tierra, se comunican con lo sagrado. Su excelente estado de conservación nos permite volver a encontrar, en particular en ciertas esculturas, el pensamiento y la espiritualidad de los hombres de los siglos XII y XIII.
Admiramos el soberbio fragmento de escultura del vasto pórtico principal cuyo tímpano representa la Ascensión, mientras que en la arquivolta aparecen los signos del zodiaco, pero aquel que busque el sentido oculto de las Vírgenes Negras prestará una particular atención a los motivos que decoran la pila bautismal, así como el capitel de Adán y Eva existente sobre la última columna entregada del muro de la nave lateral norte, obras que datan del siglo XII.
La decoración de la pila bautismal se compone de 14 series de arcos cada una de las cuales contiene un motivo esculpido. El conjunto revela un simbolismo ocultista cuyo cuadro central resulta ser la cruz templaria, la cruz en tau iniciática, doblemente circundada de motivos estilizados que expresan el enrollamiento y la rotación.
Esta pila se encuentra no lejos de los "hierros sarracenos" expuestos en la iglesia que "dan fe" de la leyenda de los cruzados cautivos en oriente transportados durante la noche a los pies de la Virgen Negra. Allí hay materia suficiente para un especialista en desciframientos herméticos que empezaría descubriendo que el número 14 designa la plenitud de las gracias, puesto que contiene dos veces el número 7, cifra sagrada si las hay. Rodeada de leyendas y de milagros netamente esotéricos, situada en un edificio construido en su honor, donde la piedra habla un lenguaje tan concreto, la Virgen negra de Mauriac debería ser el fin simbólico de esta iglesia que, en gran parte, ha conservado su alma medieval.
Desgraciadamente mutilada durante la Revolución fue, igual que en Vichy, "reconstituida" en el siglo XIX prescindiendo de su sentido real de pie y llevando al Niño en brazos. En la actualidad mide 1,14 metros, en vez de sus 70 centímetros que tenía primitivamente, puesto que fue enderezada. La madera original es de nogal, pero el brazo reemplazado es de madera de peral mientras que el nuevo Niño Jesús es de roble...
Según las antiguas descripciones, la estatua originaria del siglo XI o XII era realmente una majestad, sentada, que sostenía el Niño en su regazo y poseía una expresión oriental, que algunos cronistas comparaban unas veces a Notre Dame de Marsat, a causa del velo que cubría en parte los cabellos y otras a Notre Dame de Puy, por su aire egipcio.
Quizás algún día se devuelva a la Virgen Negra de Mauriac su verdadero aspecto suprimiéndole añadidos intempestivos y restaurándola en función de su actitud primitiva. (El enigma de la vírgenes negras - Huynen).

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