Esta independencia temporal de la orden se debe a que el abad Bernon exigió el derecho de ser sólo tributario del Papado y responder de sus actos únicamente ante el Papa, lo que le permitió una gran cantidad de privilegios y de donaciones, saltándose la autoridad de señores laicos y obispos. Con tamaña libertad de acción, la abadía se involucró en decisiones de ámbito social, político, económico e incluso militar en los distintos reinos europeos.
Otro factor que permitió el engrandecimiento de la Orden de Cluny fue el acierto de crear una estructura orgánica centralizadora, frente a la habitual dispersión y disgregación que los monasterios benedictinos habían tenido hasta entonces. Esto sólo fue posible gracias a la "inmunidad" internacional frente a reyes y nobles que la dependencia papal le había conferido. El siglo XI fue el de máximo esplendor para la Orden y en ello intervino la extrema longevidad y estabilidad de los mandatos de dos abades que abarcaron todo el siglo XI. Nos referimos al abad Odilón (994-1049) y a Hugo el Grande (1049-1109).
En este lapso de máximo desarrollo, la abadía de Cluny llegó a contar entre 400 y 700 monjes y extendía su absoluto poder sobre 850 casas en Francia, 109 en Alemania, 52 en Italia, 43 en Gran Bretaña y 23 en la Península Ibérica, agrupando a más de 10.000 monjes, sin contar su innumerable personal subalterno.
Los principales aspectos organizativos, políticos y religiosos de los "monjes negros" se pueden resumir en los siguientes puntos: **Vasallaje exclusivo a Roma y defensa de su primacía moral. **Predominio de una férrea estructura jerárquica piramidal entre prioratos, abadías subordinadas y abadías afiliadas. **Organización feudal interna y apoyo a la sociedad feudal de la época, manteniendo buenas relaciones con nobles y obispos (a pesar de su inmunidad frente a ellos). **Intensificación decisiva de la clericalización del monacato. Cluny multiplicó el número de sacerdotes entre sus miembros. **Predominio en la vida monástica del rezo litúrgico y la celebración coral de la Eucaristía, frente a los trabajos físicos que eran irrelevantes y que eran realizados por personal subalterno. **Conservación y difusión de la cultura gracias a la labor de sus scriptoria donde se realizaban de forma permanente copia de manuscritos.
La crisis de la Orden de Cluny llega en las primeras décadas del siglo XII. Las razones del declive de la Orden en estos años se puede resumir en su excesiva rigidez de su propia estructura que impedía la más mínima flexibilidad entre las distintas casas, paralizando así a toda la orden; la incorporación masiva de nobles sin vocación para beneficiarse de los privilegios y comodidades de la vida monástica. Esto llevó a una progresiva relajación de costumbres. (Extraído de la web)
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