Cada planeta influye muy decisivamente en las características, rasgos, fisonomía e inclinaciones del ser humano. Así el Sol, es masculino y positivo y la Luna, femenino y negativo y mientras el primero es fecundidad, la segunda es misterio.
El planeta Marte es el que crea la fuerza brutal, combativa y destructora; Mercurio se ocupa del análisis y la habilidad; Júpiter es dominador; Venus, da la gracia y la belleza; Saturno, representa la soledad y la fatalidad.
La posición de unos planetas con respecto a otros en las diferentes fechas del año determina las caracteristicas de las personas nacidas bajo cada signo del Zodiaco y aún dentro de cada signo de las 3 fases de éste.
Venus: es reconocido como símbolo del amor y de la belleza, representa una influencia totalmente positiva. Junto con Marte, constituye el patrón de eficiencia del nativo, en el que la guerra y el triunfo se funden como un solo elemento contra el adversario. Venus representa la obtención de las cosas ya sea por adjudicación o por derecho. Es el éxito que surge, es el premio al esfuerzo. Es a sensibilidad por la belleza y es el símbolo del amor pasional poético, el cual se realiza a pesar de todas las adversidades. También simboliza la sensualidad, el encanto y la emotividad. El regocijo interno y todas las manifestaciones artísticas.
Marte: representa la energía, el dinamismo, el empuje y la ambición, el entusiasmo y el valor intrépido. La osadía, la combatividad, la pasión y la destrucción. Sin embargo, la sola idea de la guerra nos hace pensar de inmediato también en una estrategia, en un idealismo por el cual luchar y en el desarrollo de una inteligencia y una memoria privilegiadas, ya quien hace la guerra, la hace con el sólo y único fin de triunfar.
Luna: como elemento activador, se interpreta como la sensibilidad y como se podrá observar, tal parece que su influencia es mucho mayor tratándose de personas jóvenes. Su influencia también se considera determinante en cuanto al crecimiento y a la formación del ser. Su influjo sobre las aguas terrestres es algo visiblemente comparable; y si recordamos que dos terceras partes del cuerpo están constituidas por agua, nos será fácil comprender el por qué de la marcada influencia que ejerce sobre nosotros.
Otra de sus interpretaciones también es la incertidumbre, un estado de inquietud constante, activado por la pequeñez de su órbita y por su cercanía a la Tierra. Su influencia en nuestra vida sexual es totalmente determinante, tanto en los hombres como en las mujeres.
Sol: su interpretación astrológica es la voluntad. La voluntad representa la fuerza espiritual del hombre. Poner la voluntad en una acción implica darle a esa acción toda nuestra fuerza física y nuestra fuerza de voluntad. Ambas actúan de manera independiente; una en función de nuestros deseos espirituales y la otra en función de nuestros deseos corporales. Sin embargo, existe la tendencia a llamar actos voluntarios a aquellos en los que nuestra fuerza física coopera íntegramente para su realización y actos involuntarios a aquellos en los que nuestra fuerza física se opone.
Júpiter: la actividad de este planeta como elemento astrológico se interpreta como la máxima influencia benéfica de todos los factores que intervienen en el estudio. Permite al nativo el fácil desarrollo de cualquier empresa que intente. Significa la naturalidad, sus mandatos son incuestionablemente llevados a cabo. Contradecir sus órdenes implica despertar su furia; no tiene más que levantar un dedo para que el trueno anteceda a la tormenta. Representa la realización de lo imposible y la facultad como máxima autoridad de repartir todos los reinos del universo. Su palabra clave es la espontaneidad, es decir, todo aquello que se realiza por sí solo y de manera perfecta. Representa la opulencia, la benevolencia y el poder, reclamando asimismo la reverencia y la obediencia. Para que un acto pueda calificarse de espontáneo, tiene que existir la ausencia de la obligación, es más, del deber. Lo único que cuenta es dejar satisfecha una necesidad.
Saturno: se identifica con esa fuerza avasalladora que todo lo devora. El tiempo.
El tiempo es el reto del amor, es por eso que los amantes suelen desafiarlo jurando amarse hasta la muerte. Sin embargo, el tiempo es traicionero y es capaz de cambiarlo todo. Es por eso que nuestros propósitos deben ser renovados diariamente a fin de que permanezcan incólumes. Es el tiempo quien nos permite hablar de nuestra existencia en el presente, en el pasado y en futuro. La influencia de Saturno es enigmática, un tanto paralizante y terriblemente conflictiva. De ahí la enorme sabiduría del nativo que se encuentra bajo su regencia.
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