Ciertamente, dar un vistazo a los archivos celestiales lleva a preguntarse qué podría ocurrir en una emergencia. El observador puede perderse rápidamente en la complejidad increíble de las diversas órdenes y departamentos, la cantidad cambiante de cielos, las jerarquías enfrentadas y la duplicación de jefes. Ante semejante desorden celestial, resulta obvio por qué las fuerzas oscuras tienen una vida tan fácil y sin oposición en la Tierra. Pero gran parte de la aparente confusión surge, en realidad, de las descripciones divergentes de nuestras fuentes autorizadas. San Ambrosio difiere de San Jerónimo, que no está de acuerdo con santo Tomás de Aquino, quien dice que San Pablo debe de haber estado equivocado. Pocos coinciden en hablar de la naturaleza de las jerarquías celestiales y menos aún sobre cuáles podrían ser sus diversos deberes y misiones. Por ejemplo, no hay dos eruditos que estén completamente de acuerdo acerca de quienes eran los arcángeles. Mientras que comúnmente se creía que existían siete, el islamismo sólo reconoce cuatro. A menudo, un arcángel aparece como miembro de un orden angélico totalmente diferente, mucho más encumbrado en el diagrama de la sociedad celestial. Ese mismo arcángel también podría aparecer como custodio de más de un dominio celestial. (Malcom Godwin).
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