
Fíjate en esos tres calificativos: ferviente, eficaz y justo.
Oración ferviente: significa que rezas con el corazón y con devoción.
Eficaz: equivale a efectiva; existe una ciencia y un arte para practicar la oración.
Las oraciones del justo, de un hombre o de una mujer que está a bien con Dios, "pueden mucho", es decir, dan buenos frutos. (Elizabeth Clare Prophet).
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