Pertenece a las huestes celestiales de los querubines y lleva un escudo de fuego en su espalda para protegerse de las traiciones y de las tentaciones. Le encantan la música y la pintura, pero no es un maestro en esas artes. Tiene el poder de dar apasionamiento y dedicación a las cosas y las personas y no son pocas las veces que acerca la fama y la gloria mundanas a sus patrocinados, ya que es un gran inspirador en el inicio de las artes, lo que le hace ser un magnífico patrón espiritual de los artesanos. Tiene un atractivo aspecto femenino y habla con una voz suave y aflautada, seductora y comerciante, capaz de convencer al más remiso. Sin embargo, si algo no le gusta cambia de inmediato el tono de voz, afea su semblante y da claras muestras de desconfianza. No es raro que descienda hacia los humanos cantando y tarareando una canción. (Los 72 ángeles del año - Rubén Zamora).
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