de amarnos entre nosotros,
potencio y realizo,
luz de poder,
en la manifestación del amor.
Es éste el hogar de la paz
en donde median los ángeles
y calman las lágrimas.
Somos armonía.
Gracias. Padre.
El hecho de vibrar mal en la casa, lleva a quienes viven allí a estar en permanente posibilidad de generar problemas, discusiones, malentendidos, insultos. Es establecer un código de odio y dolor que sin duda lleva a vivir en discordia. A veces parece que es uno solo el que desarmoniza, pero no está solo en la propuesta porque si la energía positiva es segura, no puede ser la otra más fuerte y primar sobre ésta. Tenemos que creer en lo que realmente somos, desde allí ayudar al que no está bien, dejar de lado el egoísmo y potenciarnos en el bien dándolo y trayéndolo como única posibilidad de ver las cosas. "Se clarifica el principio de amarnos entre nosotros", volvemos al origen y el principio alude al origen que tenemos como criaturas hechas desde la inspiración de Dios. En momentos de confusión, pelea y mal trato, en momentos de grandes silencios y de ausencia de memoria, los que vibran mal olvidan que hieren a aquellos con quienes, en definitiva, pueden contar. Descubrir que entre los miembros de una familia no se puede, por principio, odiarse, ni maltratarse, ni mentirse ni alejarse.
Pido "luz de tu poder y tu gloria", reclamando la urgencia de revertir la situación de violencia y desorden, clamando la ayuda al Padre. A medida que se va haciendo la oración, desentenderse de la angustia, creer y oír en lo que se está diciendo, sabiendo que orar eleva nuestra alma a niveles espirituales superiores. Repetir muchas veces "Es este el hogar de la paz" sin dudar, pase lo que pase, haya ocurrido lo que haya ocurrido. reclamar y pedir por la sanación espiritual de todos los que están mal en casa. Dejar el egoísmo de lado y buscar la paz. Ayudar al familiar que está mal. No es imposible, ora con seguridad y verás brillar la luz de la esperanza. (Regina Palermo).
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