Es la iglesia de madera más grande que ha sobrevivido en Noruega. Se estima que se construyeron unas mil, de las que aún existen veintiocho. Esta es, en todos los sentidos, una estructura imponente: una acumulación de tejados empinados de madera, gabletes y torres que forman un cuadro rítmico y repetitivo, cuyo clímax es la torrecilla cuadrada de la cúspide. Hay un evidente sentido casi pagano de grandeza en el interior, lleno de ricos grabados. Su impacto se ve reforzado por la escasa iluminación, un rasgo característico de todas las iglesias de madera. hay pocas ventanas, pequeñas y emplazadas en la parte superior del muro, algunas casi justo debajo de los aleros.
El edificio fue restaurado a mediados del siglo XIX, cuando los noruegos adquirieron una conciencia mayor de su herencia arquitectónica. Como ocurre con muchas restauraciones del siglo XIX, el trabajo se basó en un conocimiento escasísimo de las historia del edificio. Volvió a ser restaurado con un aspecto más cercano a sus características originales a principios de la década de 1950.
(Jonathan Glancey)
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