En este sentido podemos observar que todas las grandes tradiciones, las antiguas literaturas, las mitologías y las religiones han tratado el tema del viaje. El viaje ha forjado héroes y heroínas desde tiempos inmemoriales. Estos viajes han sido considerados como viajes iniciáticos, es decir que acarrean una transformación y un aprendizaje para quien los realiza. La persona es iniciada en el uso de potenciales interiores que no sabía que tenía.
Algunos de ellos han sido realmente famosos en la historia: Gilgamesh, el héroe de la epopeya sumeria, que emprende un viaje en busca de la planta que le dará la inmortalidad.
Jasón, que lideró a los argonautas en busca del vellocino de oro.
Moisés, quien dirigió el éxodo del pueblo hebreo hacia la tierra prometida.
Eneas, que encabezó el exilio después de la caída de Troya.
Odiseo, que emprende un viaje de regreso al hogar, al amor (esposa) y a la familia.
Hay otros héroes como Marco Polo o Colón o Erick el Rojo, quienes fueron en busca de otras tierras. Hay viajes netamente simbólicos como los que hicieron Hércules, el mismo Odiseo o Dante, cuando descendieron al infierno. O como Jonás y Mobi Dick, el viaje al vientre de la ballena.
Hay viajeros a través del tiempo y del espacio o a tiempos y espacios diferentes, como los personajes de Julio Verne, Ray Bradbury o J.R.Tolkien. También viajes como el del protagonista del cuento de Alejo Carpentier "Viaje a la semilla" donde Marcial vuelve a su nacimiento.
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