Como se dijo significa literalmente, viento y agua. El Feng Shui nos permite entender como fluyen a nuestro alrededor las fuerzas energéticas del cosmos y como nos pueden favorecer personalmente. Nos enseña la armonía de la distribución de espacios y formas. Su buena utilización potencia el amor, la familia, la salud, el dinero...hace que nos sintamos bien con nosotros mismos, armoniza nuestro interior. La leyenda cuenta que el emperador Wu, mientras acampaba en el río Amarillo para supervisar unas obras, vio salir una tortuga. El significado que le dio fue positivo ya que se decía que Dios habitaba dentro de la caparazón de las tortugas. Curiosamente las marcas de la suya formaban un cuadrado perfecto. Fue investigado por los sabios de la época naciendo así el cuadrado mágico que, posteriormente, sería la base del Feng Shui. Según los taoístas todo lo que existe es una unidad sin límites basada en 5 elementos fundamentales: el Agua, la Madera, el Fuego, la Tierra y el Metal. Cada elemento con su propia energía. Todo lo que hagas para mejorar tu entorno, lo estarás haciendo para mejorarte a ti mismo; ese podría ser el espíritu del Feng Shui. Hay que considerar lo pequeño...esta frase encierra gran parte de la filosofía del Feng Shui.
El orden y la limpieza del hogar es fundamental para el buen fluir del Chi. De vez en cuando tenemos que deshacernos de lo que ya no necesitamos en el hogar, no acumular. Puede ser muy favorable psicológicamente hacer limpieza regularmente. Hay que estimular la buena energía llamada Chi con flores y plantas, con la luz adecuada, con cristales tallados, con móviles con suaves movimientos y sonidos, con un acuario, con obras de arte, con objetos de valor sentimental, con una fuente o un pequeño surtidor que activará la buena circulación del Chi.
(Extraído de la web).
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