UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

diciembre 18, 2010

La tentación de Orfeo

Orfeo era hijo de Eagro y de Calíope, la musa más digna entre las musas. Por eso, desde chiquito, le gustaba cantar y lo hacía con bella voz. Aprendió de sus tías los secretos de la música y, para acompañarse con su canto, inventó la lira: primero de siete cuerdas; pero luego, como tributo a las musas, las aumentó a nueve que es la cantidad de cuerdas oficial.
Con el paso del tiempo, Orfeo, se convirtió en un cantor excepcional, siempre acompañado por la lira que él mismo tocaba.Y se dice que su voz dulce encantaba a las fieras y las adormecía o tornaba complaciente al corazón más duro. Un ser así, como regla general, atraía a todo el mundo y cualquier criatura femenina, mortal o divina, se sentía tentada por yacer a su lado.
Pero Orfeo no hacía caso de estas pretensiones y seguía encantando a todos. hasta que conoció a la ninfa Eurídice, de quien se enamoró y, poco después, se convirtió en su esposa. Otras continuaban tentándolo con ofertas amorosas, pero Orfeo se mantuvo fiel al amor de adorada ninfa, a quien había prometido su amor hasta más allá de la muerte.
Un día, Eurídice, fue de visita a casa de sus amigas las náyades y allí en los prados tracios, le mordió el talón una serpiente, y como consecuencia murió. Orfeo no pudo soportar el dolor que le ocasionaba la muerte de su esposa y ahora su canto tenía el tono dulzón de la pena profunda. Muchas intentaron consolarlo, por supuesto, pero él continuó rechazando las ofertas amorosas de las extrañas. Se dice que entonces comenzaron a conjurar las mujeres.
Orfeo sólo tenía el corazón y la voz para su ninfa muerta, de modo que desarrolló un plan para volver con su esposa: bajar al Hades para rescatarla, y allí se dirigió muy osado sólo con su voz y su lira. Todos le abrieron paso gracias a los encantos de su música. No era fácil bajar al mundo de los muertos y regresar cuando plazca. Perséfone se conmovió con el canto de Orfeo, y por el amor que sentía por su novia eterna y le permitió al cantor divino que se llevara a Eurídice de los infiernos. El único requisito que le impuso la reina de los muertos fue no volver su vista atrás antes de salir de los abismos.
Entonces Orfeo comenzó su canto de regreso al mundo de los vivos, mientras sentía que los pasos de Eurídice, detrás de él, lo sostenían. Y las sombras de los muertos los saludaban conmovidos y les daban consejos y les regalaban los secretos de la estancia abismal. Orfeo continuó su camino de ascenso hacia la luz, mientras los pasos de Eurídice marcaban el ritmo de su canto.
Pero cuando estaban a punto de llegar a la luz del día, una duda se coló en su corazón...¿Y si Perséfone, con la perfidia de los seres subterráneos, que celan la luz del Sol y la felicidad de lo que crece hacia arriba; si la reina de los muertos lo había engañado y Eurídice, su esposa muerta a punto de regresar a la vida no lo seguía?
Entonces Orfeo giró su rostro para ver si su amada aún viene detrás de él, frente al portal de luz, aconteció el horror.
Eurídice se deshizo como humo en contacto con el viento. Su materia liviana se evaporó ante la mirada atónita, desesperada y estremecida del cantor. Entonces Orfeo intentó regresar al Hades, pero Caronte, el barquero que ayuda a traspasar a las almas por el Aquaronte, no lo dejó avanzar. Orfeo volvió a la tierra de los vivos y se cuenta que había perdido la voluntad en todo aquello que no fuera el misterio de la vida subterránea. Y se cuenta también que rechazaba con mayor ahínco las exigencias amorosas de las mujeres, a las que había renunciado definitivamente, porque ningún amor se comparaba al amor de su ninfa Eurídice. Y Orfeo comenzó a reunirse con varones para iniciarlos en esos misterios que había aprendido en el mundo umbroso de los muertos. Los hombres dejaban sus armas en la puerta de la casa de Orfeo y allí dentro mantenían la escuela de misterios.
Y se cuenta que una noche, mientras los hombres aprendían de Orfeo, las mujeres tracias, celosas de Eurídice, cuyo amor había trascendido el reino de los muertos, robaron las armas, con ellas mataron a los discípulos y llevaron a Orfeo a un monte y allí lo descuartizaron. Algún tiempo después, encontraron la cabeza de Orfeo que aún cantaba con dulce voz y la enterraron en Tesalia. Más tarde, Zeus colocó la lira en el cielo y hoy es una constelación. Orfeo no fue al Hades y, por lo tanto, no se reunió con su esposa, sino que Zeus llevó su alma y su canto a morar en los Campos Elíseos, donde continúa cantando a las almas de los bienaventurados.
(Ariel Pytrell)

1 comentario:

  1. Un reconocimiento, o distinción o deseo tienes en mi blog!

    Un Besito Marino

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