Como ave migratoria que regresa ritualmente cada primavera, encarna a esa estación y, por ende, a la luz y la fecundidad.
En la Edad Media fue símbolo de la resurrección, porque vuelve con la luz después del invierno. En la creencia popular, un nido de golondrina sobre el alero de una casa es augurio de buena suerte: hijos, felicidad, éxito y matrimonio feliz. Suele aparecer, como la paloma, como atributo de Afrodita, la diosa del amor. Para algunos pueblos africanos, personifica la pureza porque nunca toca la tierra ni entra en contacto con la suciedad. Como toma su alimento mientras vuela, de la misma manera, el hombre debería alejarse de lo terrenal y buscar lo celestial. (Diccionario de Símbolos)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario