Comencemos por considerar la expresión "El cuidado del alma". La palabra "cuidado" implica una manera de responder a las expresiones del alma que no tiene nada que ver con el heroísmo ni con la fuerza muscular. Cuidar es lo que hace una enfermera y, casualmente, cuidar a un enfermo es uno de los primeros significados de la palabra griega "therapeia" o terapia.
El cuidado del alma es en muchos sentidos un retorno a lo que al principio se entendía por terapia.
Cura, significa varias cosas: atención, dedicación, manejo prudente, adornar el cuerpo, sanar, administrar, preocuparse y adorar a los dioses.
El alma no es una cosa, sino una cualidad o una dimensión de la experiencia de la vida y de nosotros mismos. Tiene que ver con la profundidad, el valor, la capacidad de relacionarse, el corazón y la sustancia personal.
Cuando decimos que alguien o algo tiene alma, sabemos a qué nos referimos, pero es difícil especificar exactamente cual es ese significado.
El cuidado del alma se inicia observando su manera de manifestarse y de actuar. No podemos cuidar de ella si no estamos familiarizados con sus costumbres.
"Observancia" es una palabra tomada del ritual y de la religión y significa estar atento a, pero también, mantener y honrar, como cuando se habla de la observancia de una fiesta. Originariamente la partícula "serv", que incluye esta palabra, se refería a pastorear ovejas. Al observar el alma, estamos atentos a sus ovejas, a todo lo que ande por allí moviéndose y pastando, tanto si se trata de la última adicción, como de un sueño sorprendente o un estado anímico inquietante.
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