Es una obra de grandes dimensiones que estaba destinada al altar mayor de la iglesia de Santa María de Aracoeli en Roma. Construida sobre la ladera del monte Capitolino, la iglesia fue dedicada a la Virgen María con objeto de celebrar su legendaria aparición atribuida al emperador Augusto en el momento del nacimiento de Cristo.
Para el retrato de la Virgen envuelta en un halo de luz mística, Rafael se inspiró en una pintura de Pietro Cavallini ubicada en la nave de la catedral medieval.
Como pieza de altar que es, ésta cumple funciones de carácter votivo, es decir, de dar las gracias.
Hay que tener en cuenta que esta obra fue un encargo para agradecer a la Virgen el haber salvado su casa de Foligno al haber caído un rayo encima.
Justo por debajo del arco iris semicircular que hay bajo la Virgen puede apreciarse una representación idílica del paisaje de Foligno, con riachuelos, puentes y casas.
El cuadro se completa en la zona inferior con la representación de Segismundo de Conti rezando de rodillas, mientras es presentado a la Virgen por san Jerónimo.
El ángel aparece en el centro mientras a la izquierda puede verse a san Juan Bautista, junto a quien aparece arrodillado san Francisco, protector de los menores.
(Museos del vaticano)
Otro tema que me apasiona, soy fan de María Auxiliadora, la Virgen de Guadalupe y me encantaría publicar sobre Nuestra Señora de Loreto patrona de los pilotos!
ResponderBorrarUn Besito Marino!
Bueno...entonces la tendré en cuenta.....
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