Philippus Aureolus Theophrastus Paracelsus Bombastus von Hohemheim, este es el nombre de quien fuera conocido como "Paracelso", famoso doctor en Medicina.
Fue expulsado de la ciudad de Basilea, fruto de una campaña de desprestigio, mantenida por el resto de los médicos de tendencias conservadoras y materialistas. Esta campaña se deció a que Paracelso no reconocía ninguna otra autoridad médica por encima de él que no fuera la naturaleza, obteniendo favorables resultados en sus tratamientos, situación ésta que deseperaba a la clase médica de entonces.
Fue tachado de herje y lo definían como unn vagabundo, pero él sólo seguía las pautas de la naturaleza.
Según decía, la naturaleza muestra el proceso de curación. El médico es sólo un instrumento. Hablaba abiertamente de los cuatro reinos de la naturaleza como: Fuego, Aire, Agua y Tierra como lo hacían los antiguos. En su laboratorio no faltaban los artilugios propios de un gran alquimista, como crisoles, balanzas, alambiques, fuelles, etc. Leamos sus 7 Raglas:
1 - Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica llenando bien los pulmones. Beber diariamente en pequeños sorbos dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol y el tabaco.
2 - Desterrar de nuestro ánimo toda idea de pesimismo, rencor, dio, tedio, venganza y pobreza huyendo de personas vanidosas, vlgares, viciosas, ruines, murmuradoras e indolentes. esta regla es de una importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura deñ alma. es el único medio de cambiar el destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3 - Hacer todo el bien posible, auxiliando al que necesita.
4 - Olvidar toda ofensa, más aún: esforzarse por pensar bien del mayor enemigo. El alma es un templo al que no se debe profanar con el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior; pero para eso habrá que prepararse, destruyendo las capas superpuestas de viejos hábitos y pensamientos erróneos que pesan sobre el espíritu.
5 - Tomar media hora del día donde nadie pueda perturbar, sentarse lo más cómodamente posible con los ojos entornados y no pensar en nada. Esto fortifica energéticamente el cerebro y el espíritu y pondrá en contacto con las buenas influencias. En esos momentos de silencio suelen aparecer ideas luminosas, susceptibles a cambiar toda existencia. Con el correr del tiempo, en esos momentos todos los problemas que se presenten se resolverán victoriosamente por una voz interior que nos guiará en tales instantes de silencio. Ese es el daimon de que habla Sócrates.
6 - Se deberá guardar absoluto silencio de todos nuestros asuntos personales. Abstenerse de referir a los demás temas personales e íntimos.
7 - No temer jamás a los hombres. Tener el alma fuerte y limpia hará que todo salga bien. Jamás nos debemos creer débiles, porque detrás nuestro hay ejercicios poderosos que no concebimos ni en sueños. El único enemigo a quien debemos temer, es a nosotros mismos. El miedo y la desconfianza en el futuro son madres de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudiamos atentamente a las personas con buena suerte, veremos que observan gran parte de las reglas que anteceden.
La riqueza no es sinónimo de dicha; puede ser uno de los factores que a ella conduce, pero la dicha más duradera sólo se consigue por otros caminos. Jamás debemos quejarnos. Tenemos que dominar nuestros sentidos y huir tanto de la humildad como de la vanidad. la humildad sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva como el pero acto que podamos cometer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario