UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

octubre 25, 2009

Los arquetipos


Ciertas energías vivientes que contienen ideas e información reciben el nombre de arquetipos. Son pautas específicas de pensamiento y de comportamiento instintivo; son las fuerzas que constituyen el inconsciente colectivo: la parte impersonal de la psique humana que todos compartimos. Estos arquetipos se proyectan automáticamente desde nuestro interior sobre cualquier "pantalla" externa que esté disponible. El hombre que nos disgusta instantáneamente, el "amor a primera vista", el gusto o la antipatía por los perros o gatos, una pacífica imagen de Buda, o de nuestro paisaje favorito, la fotografía central de la revista Playboy, la mujer desaliñada, el sacerdote enfundado en su hábito...cada una de estas imágenes actúa como pantalla de las fuerzas que habitan en nosotros y cada una de ellas atrae hacia sí las energías que son compatibles con ella. Impulsadas por algún sol central desconocido que reside en nuestro interior, estas energías son fuerzas vivas e inteligentes que tienen funciones vitales concretas y tejen el tejido de nuestra realidad personal. Sin que seamos conscientes de ello, de algún modo se pegan a todo lo que nos encontramos en el mundo que llamamos real. Aferrándose a los objetos inanimados, las energías arquetípicas infunden en ellos significados "positivos" o "negativos", creando lo que llamamos "monedas de la suerte" o "la personalidad" de nuestro automóvil. Pegándose o proyectándose sobre entidades vivas, por un lado influyen en el comportamiento de dicha entidades y por el otro atraen hacia sí la proyección correspondiente, que siempre va en dos sentidos. Por lo tanto "si yo proyecto sobre ti, tú también proyectas sobre mí".
Estos arquetipos son energías de vida que surgen incesamente de nosotros, día y noche, estemos dormidos o despiertos, influyendo sobre todos los que nos rodean y haciendo que, a su vez, ellos ejerzan su influencia sobre nosotros. Los arquetipos moldean y cambian nuestros comportamientos. Conforman la estructura misma de nuestras vidas, aunque permanecen invisibles a la conciencia del ego y casi siempre funcionan por debajo de su nivel de conciencia. En cada ser humano se constelan siguiendo una pauta única e individual.  Forman "la maquinaria del universo", que construye y conforma nuestra realidad. Son energías que producen cambios y fluctuaciones en nuestros asuntos y relaciones. Estos procesos son desconocidos para nuestros egos personales, para la persona que vemos cuando nos miramos al espejo. Cuando empleo la palabra "ego" me refiero a la persona o máscara que cada uno llevamos puesta, el cuerpo-mente que incluye nuestro vehículo físico, lo que pensamos sobre nosotros mismos y cómo nos definen los demás.
Una vez que los arquetipos se proyectan en la pantalla que les proporciona un objeto, situación o persona, se niegan a retirarse hasta que sus necesidades estén satisfechas. Un ejemplo extremo es el del alcohólico que, si puede resisitirse a tomar la primera copa, será capaz de controlar las fuerzas arquetípicas; en caso contrario, el poder desatado del arquetipo inconsciente proyectado en el alcohol es el que tiene el control. Si se puede evitar esa primera acción de la cadena de comportamientos compulsivos, la compulsión puede contenerse, proporcionando tiempo para que el individuo pueda aprender otros hábitos más saludables.
Por lo tanto, los arquetipos son las energías que crean y sustentan nuestras realidades personales; son, si queremos llamarlos así, aspectos de Dios que todos y cada uno podemos experimentar.
(De "La meditación del guía interior" - Edwin Steinbrecher)

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