El color del cielo, de la lejanía y del agua: implica todo lo espiritual. Transparente, puro, inmaterial y frío (sobre todo en oposición al rojo), es color divino, de la verdad, de la fidelidad. Se apela a él para aludir a lo fantástico (flor o luz azul), a la decepción y la inseguridad. Los dioses y reyes egipcios suelen llevar barbas y pelucas azules. Jesús ante sus discípulos apareció vestido de este color, que también es el del manto de María; del mismo modo se viste el dios principal de la mitología escandinava Odín. En la pintura cristiana de la Edad Media, la lucha entre el cielo y la Tierra se grafica mediante la oposición del azul y el blanco versus el rojo y el verde. En el arte tradicional chino, los seres con cara azul suelen ser demonios, espectros o figuras llevadas por malas pasiones. En la cultura popular, los amuletos de color azul están destinados a neutralizar el mal de ojo.
(Diccionario de símbolos)
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