UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....
agosto 15, 2009
El Laberinto
El laberinto es un arquetipo, es decir, un modelo primordial divulgado por todo el mundo y por todas las culturas. El recorrido por el laberinto representa un viaje en busca del centro de lo esencial, peligroso porque puede no resultar exitoso, ya que uno puede perderse. El recorrido, necesariamente complicado, que se realiza en el interior de laberinto, se convierte en una danza ritual ejecutada en Grecia y en la Italia arcaica; esta danza recordaba el mito y era conocida en Etruria con el nombre de "truia", es decir "cerda". El antiguo ritual se convirtió en un juego y una curiosidad en los jardines de las grandes villas del Renacimiento, en las que el laberinto estaba a menudo trazado y limitado por setos de arbustos. El juego todavía se propone en algunos parques de atracciones o en ferias en forma de laberintos de hielo, o en verano como animación vegetal en algunos lugares.
Se diseñaban laberintos en las puertas y las fachadas de las viviendas antiguas de Mediterráneo, con una función análoga a la representada por seres monstruosos para asustar al enemigo. El objetivo del laberinto era obligar a las fuerzas hostiles y las influencias negativas, que se creía que avanzaban únicamente en línea recta, a perderse recorriendo el trazado. El Feng Shui chino explota un principio similar: en las casas chinas tradicionales, se evitan los recorridos rectilíneos y se intenta por medio de recursos diversos establecer pantallas que que impidan el acceso directo a la vivienda. Resulta interesante observar, que los laberintos trazados en las paredes de las casas precedieron al uso de la cerradura, como si el modelo de ésta se hubiera inspirado precisamente en la envoltura laberíntica de las señales.
La tecnología suele materializar símbolos primordiales: para abrir la cerradura hace falta una llave, pero para salir del laberinto también se necesitaba una especie de llave, el hilo de Ariadna, cuyo nombre griego "Ariadné", significa "araña", cuya tela evoca, sin duca, un laberinto. (El Secreto de las Catedrales).
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