Las velas son muy apropiadas para pedir por la sanación de alguien, acompañadas de oraciones, imágenes, programaciones y meditaciones.
La importancia del color es primordial, ya que cada color vibra en determinada frecuencia y está asociado con fuerzas y sentimientos distintos, que deben ser correctamente proyectados para poder cumplir con nuestra meta.
Encender una vela trae consuelo al alma, paz al espíritu y salud al cuerpo y a la mente.
¿Quién no ha encendido una vela o un incienso para relajarse?.
Simbólicamente, la vela representa el cuerpo físico, la mecha es la mente y la llama el espíritu, al alma.
Las velas contribuyen con su fuerza a ser una potente herramienta vibracional, puesta a nuestro servicio.
La energía de las velas siempre nos ha acompañado, ya desde la antigüedad se ha utilizado para sanar y ayudar al ser humano.
Blanco: pureza, protección, sanación.
Rojo: elemento tierra, principio masculino, energía, virilidad, pasión, vida.
Rosa: amor, protección, afecto, armonía de pareja y familia.
Amarillo: poder mental, memoria, creatividad, comunicación.
Verde: fertilidad (en todos los planos), abundancia, vida.
Azul: principio femenino, espiritualidad, conocimiento, calma, tranquiliza los sentidos.
Violeta: transformación, renovación, protección, cambio, idealismo.
Oro: fuerzas solares, justicia, energía. Revitaliza.
Plata: fuerzas lunares, meditación, sueños.
Negro: malas influencias, crean barrera energética.
Marrón: contra la indecisión.
Naranja: alegría, abundancia, infancia del alma.
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